“La creación a imagen de Dios, una Divinidad Creadora”

“Al ver Dios tal belleza, dijo: “Hagamos ahora al ser humano tal y como somos nosotros.” (Gn. 1.26)

Este texto resalta la dignidad inherente de todas las personas como portadoras de la imagen divina (imago Dei), afirmando que no existe distinción de género, identidad o diversidad que limite este principio fundamental. Desde nuestra infancia, escuchamos que somos creados a la imagen y semejanza de Dios, una verdad que debemos reafirmar diariamente al mirarnos al espejo, recordando que cada uno de nuestros rostros refleja la obra creativa de la Divinidad.

Ser portadores de la imagen divina no es solo un reconocimiento teológico, sino un llamado a encarnar en nuestra vida cotidiana la gracia y el amor de Dios. Esto se expresa en la forma en que nos relacionamos con quienes nos rodean, en la empatía con quienes sufren, en la solidaridad con quienes han sido marginados, en la lucha por la justicia y en el compromiso con la dignidad de cada persona.

La diversidad humana es una manifestación de la creatividad divina. Cada identidad, cada historia, cada camino recorrido es un reflejo de la amplitud del amor de Dios. La pluralidad en nuestras experiencias nos recuerda que la Divinidad no se limita a una única forma de ser, sino que se expresa en una multiplicidad de rostros, voces y corazones. Así, la invitación a vivir con gratitud y respeto hacia quienes nos rodean no es solo un gesto de cortesía, sino una práctica espiritual que nos permite experimentar la presencia de Dios en cada encuentro, en cada abrazo, en cada conversación.

En lo cotidiano, esto significa reconocer la imagen de Dios en la persona que nos atiende en una tienda, en quien nos saluda en la calle, en aquel que piensa diferente a nosotros, en quienes son invisibilizados por la sociedad. Nos desafía a construir relaciones basadas en el amor y la justicia, a rechazar cualquier forma de discriminación y a vivir como agentes de reconciliación y esperanza.

Preguntas para reflexionar:

¿Cómo nos invita la diversidad humana a comprender mejor la amplitud de la creación divina en nuestras experiencias diarias?

Breve oración:

Divinidad de amor y gracia, que en cada rostro y corazón revelas tu imagen, enséñanos a reconocer en la diversidad tu creatividad infinita. Danos la capacidad de ver tu reflejo en cada persona con quien compartimos la vida y el coraje para actuar con respeto, gratitud y compasión en todas nuestras relaciones. Que nuestra vida cotidiana sea testimonio de tu amor incondicional. Amén.

Pra. Tatiana Arredondo Ortega

50 años, Cerro Navia, Chile.

*Créditos de la imagen: Harmonia Rosales

Tatiana Arredondo

Pastora - Teóloga
50 años, Chile.

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